Empecemos con el experimento siguiente: tiramos un dado de seis caras y vemos qué resultado sale. Consideremos los siguientes sucesos , , .
Observamos que si sacamos un , entonces se cumple tanto como . Decimos que los sucesos son compatibles, esto quiere decir, que se pueden verificar simultáneamente. Por el contrario, los sucesos y son incompatibles, puesto que no se pueden dar los dos a la vez.
Para ver fácilmente cuándo dos sucesos son compatibles o no, podemos observar que y tienen un elemento común: el , por lo que serán compatibles. Por el contrario, y no tienen ningún elemento en común, y por lo tanto son incompatibles.
Esto lo expresamos diciendo que dos sucesos y son incompatibles si:
y al contrario, que son compatibles si:
Si tenemos tres o más sucesos, decimos que son incompatibles dos a dos si cualquier pareja de sucesos es incompatible (análogamente, son compatibles dos a dos si cualquier pareja de sucesos es compatible). En nuestro caso, y no son incompatibles dos a dos, puesto que, aunque y , y son incompatibles, y son compatibles.
¿Cómo se relaciona esto con los sucesos complementarios?
En nuestro experimento de tirar un dado, si tenemos nuestro suceso , analicemos qué pasa con su complementario.
En este caso, , ya que son todos los sucesos elementales que no cumplen .
Resulta pues que y son incompatibles, puesto que no se pueden verificar a la vez. Y es que para cualquier suceso calculamos su complementario haciendo , por lo que , es decir, dos sucesos complementarios siempre serán incompatibles.
Supongamos ahora que "sacar un número par". Su complementario es "sacar un número impar". Entonces, "sacar un número par o impar", es decir, es un suceso seguro.
Por cómo definimos un suceso complementario, esto siempre ocurrirá, ya que se cumple siempre uno de los dos, y como son incompatibles, o se cumple uno o se cumple el otro.